Para un producto que comparte con lo
político el volverse amargo si le das más tiempo del necesario, y ya de taza
adentro, que se vuelve arduamente bebible sin edulcorarlo, apostar por
emplearlo para endulzar la situación de abierta hostilidad que recorre el mundo
en forma de dúos, tríos, cuartetos y lo que surja, es tan osado como magnífico
en la idea. Inmerso en la corriente de anuncios a los que nulamente les
interesa su consumidor, aún menos el siguiente círculo del mapa social, esta
hermosura gira y gira sobre sí misma, y en cada vuelta mejora el río que la
lleva.
jueves, 30 de noviembre de 2017
lunes, 27 de noviembre de 2017
obras son razones
En un ejemplo que ojalá hallara más
practicantes, un estereotipo –el de que los anuncios de planes de pensiones son
vacuos en el mejor de los casos- se cura con otro –el de que los ancianos pasan
su ocio observando obras- con solo añadir a este último una proyección mejor que,
aleluya, depende del primer tópico. También cómo un tabú en la comunicación –aleccionar
la importancia del arte- puede ser puesto en contacto con un futuro mejor si se
tiene la idea adecuada. Y el bendito humor para entender que un producto que
aparentemente tiene prohibido diferenciarse por algo que no sea el mango de la
sartén que regala, puede, aún así, pedirse algo y hallarlo.
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