viernes, 18 de diciembre de 2015

jueves, 17 de diciembre de 2015

miércoles, 16 de diciembre de 2015

martes, 15 de diciembre de 2015

lunes, 14 de diciembre de 2015

gramática en coma



Trascendiendo que son palabras y no cifras las que logran el acuerdo que viene de firmarse en Paris para limitar el apocalípsis climático, que son las palabras exactas, precisas, las que ponen de acuerdo a cuantos países acuden a suscribir el acuerdo, el afán de presunción, a evitar siempre, refulge con la luz del exhibicionismo que una marca que jamás se anuncia en El País paga por una página en que presumir de lo que a un país le es infinitamente más arduo de lograr. Y es quizá el orgullo henchido el que, abarcando entero el campo de visión, impide ver que las emisiones de titulares impresos necesitan de saber leer además de saber contar. Sin la coma después de la primera palabra, el titular dice otra cosa, algo que, en lo evidente de la ausencia, se ha de parecer más a “cero lecturas desde 2009”, record que en este mundo no va a lugar alguno, de tantos participantes como hay. Ese otro combustible fósil: la ignorancia, en forma de analfabetismo dejado atrás por el énfasis en decir bien alto lo que se tenga que decir.

sábado, 5 de diciembre de 2015

La eriedad



Cuando en 2009 los hermanos Coen trenzaron la historia de un hombre en busca de sentido, que lo busca donde imposiblemente puede hallarlo, y donde todo alrededor se desmorona a medida que intenta sostenerlo, el título elegido fue Un hombre serio. Inserta en esa trilogía de la estupidez humana inserta en moldes cotidianos que forma junto a Fargo y Quemar después de leer, la seriedad es solo, frecuentemente, el rictus impasible antes, durante y después del desastre. 
La política del pp en la legislatura que ahora acaba viene de escoger la seriedad como vector propagandístico frente a la aventurado que supone confiar en propuestas nuevas (podemos y ciudadanos) o renovadas (psoe). A la seriedad aspiraba aquel directivo que llamaba en sus anuncios a buscar, comparar y comprar si uno encontraba algo mejor. Seriedad es el motto de esa marca alemana de coches, en los tribunales de todo el mundo en la actualidad por vender humo blanco cuando era negro. A la seriedad ante notario aspiran las marcas de detergentes que demuestran lavar mejor que el resto. Y sin embargo el sobreprecio, la toxicidad, las manchas aparecen en cuanto uno quita los ojos del televisor. 
De cuantas estrategias publicitarias invaden a diario el sentido común o el del más elemental gusto, la del pp es probablemente la que más en serio se toma el retorno de sus inversiones, como dilucidará el juicio por financiación ilegal que no llega a tiempo de añadirse como coda al parnaso actualmente clamado. En una película de los Taviani de hace un par de años, los reclusos de una cárcel escenificaban con una seriedad pasmosa Julio César, de Shakespeare, al punto de que sus vigilantes interrumpen sus labores para asistir a los ensayos. Esa parte del mitin a la muerte de César en la que el orador principal, que viene de asesinar a aquel a quien dice admirar y querer, es respondida con un discurso magnífico que glosa la capacidad de manipulación y que termina con la frase inmortal “Y sin embargo es un hombre honrado”. Un hombre serio. El que lleva los puñales para proteger a Roma.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

bizca mi conciencia



Creada para mejorar la imagen de una empresa, la responsabilidad social corporativa sirve demasiadas veces para que en las fotografías aparezca bizca, un ojo apuntando hacia lo que sus departamentos de relaciones públicas transmiten, otro hacia lo que el alma misma de la compañía es a oscuras. El mismo día que El País imprime la vida hermosa de Dorian Grey y su compromiso con el futuro del planeta, la sección de economía informa de lo que ocultan sus armarios: multada con 25 millones de euros por la CNMC por manipulación del precio de la energía eléctrica, la sentencia considera probado que “manipuló el mercado en un contexto de altos precios y un escenario de elevada demanda. Redujo el volumen despachado desde los 51 gigavatios/hora hasta cantidades inferiores a los 20 GWh. Lo que supuso, en solo 24 días, 21 millones de beneficios.” En esta hora de sufrimiento, les acompaña La Caixa y Santander, multados con 9,4 millones de euros días antes por, respectivamente, aspectos relativos a la comercialización de preferentes y por recibir comisiones que no se ajustan a lo establecido. A minutos de convertirse en el mayor concurso de acreedores de la historia empresarial de España, el presidente de Abengoa, despedido hace un par de meses, fue indemnizado con 11,48 millones de euros. El presidente de Indra, despedido a principios de año, cobró por ello 12,1 millones pese a que la compañía está inmersa en un ERE para 1.700 trabajadores y a acumular pérdidas de 560 millones hasta septiembre. El ex consejero delegado de FCC cobró 7,5 millones entre pérdidas de 1.500 millones en 2013 y de 721 millones en 2014. Qué temperatura más estable en los despachos en los que se dirigen las compañías. ¿Cambio climático? ¿qué es eso? –han de pensar- Y sobre todo, ¿cómo puedo entender algo si mi sueldo no cambia en el desastre o en el apogeo?.

viernes, 30 de octubre de 2015

daily fresh rotten


Anuncia Deustche Bank que viene de perder 6.024 millones de euros en el tercer trimestre y anuncia 35.000 despidos y el fin de su presencia en 10 países. “No tenemos un problema de estrategia. Sabemos exactamente adonde queremos ir” –dice su presidente, resumiendo el memorandum mensual que ha de circular por las sucursales del banco en el que uno tiene su dinero desde hace veinte años. La razón, el que el gestor personal fuese, hasta hace nada, una amiga del colegio. Es justo esa frescura que menciona el anuncio la que, hace un par de años, dio como resultado que mi amiga intentara venderme deuda pública de comunidades autónomas con calificación de bono basura y presencia diaria en la prensa económica de aquellos días. Para no mirar a la cara de quien intenta estafarte dentro de un banco, uno puede mirar a las paredes, y allí leer alguno de los carteles donde se alardea de ser, por enésimo año, el primer banco por satisfacción de sus clientes. El único que no miente un ápice podría ser el presidente del grupo al decir que saben exactamente adonde van. Que lo diga el día que anuncia de donde se van es también una verdad exacta.

jueves, 29 de octubre de 2015

elección



En general es mejor estar a la altura de la idea que se escoge adoptar, incluso si ésta tiene que ver con la política. La coyuntura que anima la idea del anuncio parte de esa tesis –aprovechar la proximidad de las elecciones- pero se cuida mucho de aprovechar las posibilidades plenas de la asociación. Y tiene sentido, pues aunque la política del pp sin duda contribuye a dejar un país más pobre –en lo cultural, en lo económico, en la permisividad o el amparo de la corrupción- es cierto que la generación de pobreza –verdadero núcleo del capitalismo en su fase actual- no necesita ya de la política para ayudar a las empresas en ese empeño. La oportunidad perdida no tiene que ver con un anuncio –que poco puede donde otras fuerzas no- sino con esa renuncia de una ong al que debería ser su verdadero, y más sólido objetico: no recaudar, sino educar. No solo financiar sus campañas anuales, sino contribuir al cambio de modelo, que pasa, más arduamente, por dejar de votar a las empresas que destruyen empleo a cambio de enriquecer de forma obscena a sus gestores, y más fácilmente, por dejar de votar a quienes desde el envase de la peor política pregonan un mundo más estulto, mezquino y ciego. En un mundo que ama odiar, escoger la política para denunciar lo que no se hace es afrontar una mirada polarizada a poco que añadas nombres a la denuncia pública. Solo que, dado el propósito del anuncio, justo esa pudiera ser la opción sensata si se aspira a rentabilizar el dineral que cuesta la inserción.

martes, 27 de octubre de 2015

delicadeza del hooligan



Entre la ternura y la desfachatez, la publicidad política de nuestro país afronta el mundo con una candidez impropia de empresas ampliamente consolidadas en el oficio de reducir la realidad a un cuento manejable. Maravilla la torpeza, la vulnerabilidad a un formato –el de la brevedad, el de la reducción del contenido a lo que quepa en un minuto- que, unos centímetros más allá, constituye la razón misma de su supervivencia a un mundo que muestra a cada instante la mezquindad de sus maniobras, y sin embargo, no logra lo que la lógica más burda debiera garantizar: su ocaso inmediato, la vergüenza pública, el enjuiciamiento de por vida. Como casi todos los actores políticos en estos lares, el pp balbucea en lo publicitario lo que impunemente miente en su tarea diaria frente a los medios, el público y quien se le ponga delante.
Incluso por sabida que sea su absoluta desconexión con la realidad, sorprende que su publicidad parezca, campaña tras campaña, como si hecha desde el partido de enfrente. El sentido del ridículo es un rasgo poco español, y en esto no son seguramente mejores que nadie. Asi que acaso el fracaso en el manejo del simbolismo más elemental se explica en que la misma definición del símbolo –un signo que representa otro- ha de parecer herramienta demasiado sofisticada en un sector en el que la práctica habitual es un signo absurdo que niega el evidente, el que cualquiera puede ver.
La indiferencia, la mirada acostumbrada a la ramplonería política sería una respuesta aceptable de no ser porque la que contempla el anuncio va del patetismo a la estupidez automáticamente asumida en quien se muestra en público de semejante manera. Que justo eso gobierna ese partido es evidente para cualquiera que lea a diario sus declaraciones, asi que ha de ser que el esfuerzo por autoridiculizarse no tiene que ver con la mirada no adepta, sino con complacer a quien, viniendo de leer abc o la razón, ha de ver en la metáfora hospitalaria el evangelio probado de la virtud con que un asesino salva del sufrimiento a sus víctimas al tiempo que las mata. Médicos zurdos –les falta decir- nos matarán si les dejamos.

domingo, 25 de octubre de 2015

publicidad es publicidad


No es frecuente que un anuncio hecho sin pies ni cabeza pueda llegar a generar significados tan sutiles en tanta gente. Un futbolista que hasta hace nada militaba en un equipo español sirve, generosamente explicado, para defender la portería de miles de estafados por la práctica bancaria, y en ello los seguidores de ese equipo que le añoren pueden leer en el subtitular el único mensaje que parece tener sentido ligado al famoso –“trabajan para que recuperes lo que te pertenece”. Por supuesto nada de esto es así en la mente de quien aprueba, y seguramente dicta, el anuncio. Que es, con toda probabilidad, el señor no famoso que aparece al lado del anterior. Y que también con toda probabilidad entiende que un anuncio con famoso, aunque de nexo incomprensible, ha de ser bien recibido entre quienes fueron estafados por un contrato bancario en el que lo que no tiene sentido aparecía junto a lo que sí. Un último estertor de comprensión del fenómeno publicitario viene a darle la razón al señor patrocinador, y es que un famoso atrae la atención, y eso es ya bastante para que además compense el esfuerzo por dar sentido a la unión de dos ideas antagónicas –un futbolista que tiene infinitamente más de lo que merece, y una actividad –la abogacía- que se ofrece a defender los derechos de quienes vienen de perder injustamente lo poco que tienen. Hacerse una foto junto a un futbolista famoso es, a su juicio, seguramente más importante que emplear adecuadamente el dineral que cuesta un anuncio a todo color en el periódico de más tirada de nuestro país el día que más caro sale. Y todo esto sería banal –aún más banal- si el hashtag elegido no fuera un insulto a la cara de quienes pasan su vida estudiando y matándose a trabajar durante décadas sin ganar una milésima parte de lo que gana un señor por dar patadas a un balón o detenerlo. Si hubiera justicia alguien iría a este señor y le diría que es tonto. Y que la defensa de mis intereses seguramente exige no solo conocimiento jurídico sino algo de sensibilidad.