domingo, 25 de octubre de 2015

publicidad es publicidad


No es frecuente que un anuncio hecho sin pies ni cabeza pueda llegar a generar significados tan sutiles en tanta gente. Un futbolista que hasta hace nada militaba en un equipo español sirve, generosamente explicado, para defender la portería de miles de estafados por la práctica bancaria, y en ello los seguidores de ese equipo que le añoren pueden leer en el subtitular el único mensaje que parece tener sentido ligado al famoso –“trabajan para que recuperes lo que te pertenece”. Por supuesto nada de esto es así en la mente de quien aprueba, y seguramente dicta, el anuncio. Que es, con toda probabilidad, el señor no famoso que aparece al lado del anterior. Y que también con toda probabilidad entiende que un anuncio con famoso, aunque de nexo incomprensible, ha de ser bien recibido entre quienes fueron estafados por un contrato bancario en el que lo que no tiene sentido aparecía junto a lo que sí. Un último estertor de comprensión del fenómeno publicitario viene a darle la razón al señor patrocinador, y es que un famoso atrae la atención, y eso es ya bastante para que además compense el esfuerzo por dar sentido a la unión de dos ideas antagónicas –un futbolista que tiene infinitamente más de lo que merece, y una actividad –la abogacía- que se ofrece a defender los derechos de quienes vienen de perder injustamente lo poco que tienen. Hacerse una foto junto a un futbolista famoso es, a su juicio, seguramente más importante que emplear adecuadamente el dineral que cuesta un anuncio a todo color en el periódico de más tirada de nuestro país el día que más caro sale. Y todo esto sería banal –aún más banal- si el hashtag elegido no fuera un insulto a la cara de quienes pasan su vida estudiando y matándose a trabajar durante décadas sin ganar una milésima parte de lo que gana un señor por dar patadas a un balón o detenerlo. Si hubiera justicia alguien iría a este señor y le diría que es tonto. Y que la defensa de mis intereses seguramente exige no solo conocimiento jurídico sino algo de sensibilidad.

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