Anuncia
Deustche Bank que viene de perder 6.024 millones de euros en el tercer
trimestre y anuncia 35.000 despidos y el fin de su presencia en 10 países. “No tenemos un problema de estrategia. Sabemos
exactamente adonde queremos ir” –dice su presidente, resumiendo el memorandum
mensual que ha de circular por las sucursales del banco en el que uno tiene su
dinero desde hace veinte años. La razón, el que el gestor personal fuese, hasta
hace nada, una amiga del colegio. Es justo esa frescura que menciona el anuncio
la que, hace un par de años, dio como resultado que mi amiga intentara venderme
deuda pública de comunidades autónomas con calificación de bono basura y
presencia diaria en la prensa económica de aquellos días. Para no mirar a la
cara de quien intenta estafarte dentro de un banco, uno puede mirar a las
paredes, y allí leer alguno de los carteles donde se alardea de ser, por
enésimo año, el primer banco por satisfacción de sus clientes. El único que no
miente un ápice podría ser el presidente del grupo al decir que saben
exactamente adonde van. Que lo diga el día que anuncia de donde se van es
también una verdad exacta.
viernes, 30 de octubre de 2015
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