“Las compañías aéreas reconocen que los videos de seguridad son
sumamente aburridos y que los viajeros no les prestan atención. Pero son
obligatorios y el contenido que tienen es importante” –O cómo lo que se lee en The New York Times International weekly
20.2 acerca de cierta tendencia incipiente por cambiar lo que se entiende por
video de seguridad sirve para explicar lo que, en la inmensa mayoría de
departamentos de marketing, se insiste en no entender.
lunes, 24 de febrero de 2014
jueves, 20 de febrero de 2014
pedir sin quitar
El camino que para llegar a la justicia pasa
por el reproche siempre es delicado, y la publicidad no goza de la inmunidad –o
la desverguenza- de la política. Por eso las ong rara vez acompañan el clamar
por una tragedia de la más aventurada, si bien probada, indiferencia con que
asistimos a ella. Tratada con mayor o menor elegancia –es decir, alejándote o
acercándote al núcleo de la cuestión-, llamar a la puerta de nuestra conciencia
aburguesada compromete el arduo trabajo de pedir con el no menos exigente de
quitar algo a cambio a quien te da. La brutalidad con que la repetición del desastre
se asoma, anestesiada, ante nosotros es también la del ocio idiota o embrutecedor
en que tan frecuentemente nos refugiamos. Contenida la frase de stalin –una muerte
es una tragedia, un millón de muertes es una estadística- en lo que las redes
sociales han hecho de la noción de amistad, donde cientos de amigos a los que no
se ve son la estadística valiosa, emplear ésta para mostrar su impacto en el
mundo real es una fórmula valiente y preclara. Solo mostrar esos dedos hacia
abajo lo es aún más.
miércoles, 19 de febrero de 2014
tapar la sutura con la herida
Mientras quienes dirigen los bancos esperan a
que el tiempo se lleve el olor, tan bien ganado, que despiden, en las
sucursales pudieran regirse aún por directrices redactadas junto a un
ventilador. No hace ni dos meses que uno entraba en una de las tiendas de este
banco para preguntar por un producto financiero sencillo y sin riesgo. Tras
lograr, no sin cierta tensión, que la subdirectora entendiera que solo quería
escuchar información referida a eso, solicité llevarme la descripción detallada
del producto. Tras hacerla entender que lo que decía el folleto contradecía lo
que ella, salió un momento y tras consultar al director, regresó para decir que
éste había accedido a que pudiera llevarme una descripción más minuciosa del
producto ofertado. Quién querría poner los puntos sobre las íes si puedes
usarlos como excusa para cerrar cuanto antes lo que el cliente debería ver
abierto de par en par.
sábado, 15 de febrero de 2014
sábado, 8 de febrero de 2014
cara b
Por cada disco de vinilo que giraba en los
tocadiscos de medio mundo dejando oír la voz de Bob Dylan cantando contra la presencia
de Estados Unidos en Vietnam, una rueda fabricada en ese mismo país hacía lo
propio en las carreteras y caminos forestales vietnamitas en la década de los
sesenta. El orgullo americano que hoy pide hacer los coches de su población es
el mismo que, durante décadas, fabricara gobiernos o los enviara al desguace si
no le convenía cómo se conducían. La industria que hubo de ser rescatada hace
unos años con dinero de los contribuyentes que escogieron en masa coches más
baratos o solo más sensatos, que manda a desdeñar coches importados, es la
misma que sembró de Fords y Jeeps el suelo del país cuya guerra cantara Dylan a
acabar, cuando “nosotros” significaba “ellos”, y “ellos”, algo denunciable.
Aunque solo sea porque aparece fugazmente Julius Erving, el anuncio es impecable,
está muy bien hilvanado, ni es vago ni prepotente. Que Dylan solo recuerde
vagamente a Dylan es, probablemente, lo mejor que puede pasarle.
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