Mientras quienes dirigen los bancos esperan a
que el tiempo se lleve el olor, tan bien ganado, que despiden, en las
sucursales pudieran regirse aún por directrices redactadas junto a un
ventilador. No hace ni dos meses que uno entraba en una de las tiendas de este
banco para preguntar por un producto financiero sencillo y sin riesgo. Tras
lograr, no sin cierta tensión, que la subdirectora entendiera que solo quería
escuchar información referida a eso, solicité llevarme la descripción detallada
del producto. Tras hacerla entender que lo que decía el folleto contradecía lo
que ella, salió un momento y tras consultar al director, regresó para decir que
éste había accedido a que pudiera llevarme una descripción más minuciosa del
producto ofertado. Quién querría poner los puntos sobre las íes si puedes
usarlos como excusa para cerrar cuanto antes lo que el cliente debería ver
abierto de par en par.
miércoles, 19 de febrero de 2014
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