miércoles, 19 de febrero de 2014

tapar la sutura con la herida




Mientras quienes dirigen los bancos esperan a que el tiempo se lleve el olor, tan bien ganado, que despiden, en las sucursales pudieran regirse aún por directrices redactadas junto a un ventilador. No hace ni dos meses que uno entraba en una de las tiendas de este banco para preguntar por un producto financiero sencillo y sin riesgo. Tras lograr, no sin cierta tensión, que la subdirectora entendiera que solo quería escuchar información referida a eso, solicité llevarme la descripción detallada del producto. Tras hacerla entender que lo que decía el folleto contradecía lo que ella, salió un momento y tras consultar al director, regresó para decir que éste había accedido a que pudiera llevarme una descripción más minuciosa del producto ofertado. Quién querría poner los puntos sobre las íes si puedes usarlos como excusa para cerrar cuanto antes lo que el cliente debería ver abierto de par en par.  

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