sábado, 24 de octubre de 2015

recuerdos que se atan solos




Un anuncio producido en 2011 que se ve con especial puntería cuatro años después, al alcanzarse la fecha en que el futuro y el pasado se engarzan en la segunda de las películas de la trilogía. También uno que honra cierta película realizada casi treinta años antes, que plantea un viaje hasta nuestros días. Más asombrosamente, uno a partir de un producto peculiar hace 30 años, y no muy bien tratado por el paso del tiempo hoy. De cuantos viajes en el tiempo sugiere el anuncio, su mezcla de sensibilidad, respeto al original y fidelidad en los detalles es el viaje más extraño, el más insospechado en tiempos de envejecimiento prematuro de cuanta idea producimos hoy.

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