lunes, 16 de enero de 2012
el general ya tiene quien le escriba
Para entender el osado hallazgo de la firma de
inversiones que paga cada tres meses este anuncio, hay que imaginarse a la
iglesia católica llamándote a misa… mediante una enérgica epístola a dios, en
la que recriminarle sus métodos, sus plazos, su silencio administrativo. Incluso
comparten paradoja: y si a dios se le recriminaría su inacción, y a ti solo tus
actos, el prolijo discurso de desastres hechos y por lograr con que se aborda a
Mario Draghi sería, una vez logrado que te sientes a hablar de tu dinero, probablemente
una descripción buenista de las oportunidades de inversión que se te ofrecen. Cortejado
sin gran éxito por gobernantes y presidentes de grandes bancos, el presidente
del BCE asoma, así, y sin ser pagado por ello, como el mejor prescriptor jamás
imaginado de un fondo de inversiones. Y Draghi no puede evitarlo. Extrañamente,
la publicidad puede a veces lo que la política no.
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