La apelación a la necesidad de invertir en inteligencia que se escucha
desde el ámbito de las humanidades demediadas y la investigación en nuestro país
no es nada comparada con las necesidades de financiación que la inteligencia
bancaria necesita para recomponer su estupidez con tanto esfuerzo labrada. Es
así como, para hacer frente a lo que supondrá cerrar 327 de sus 811 oficinas, y
despedir a 2.508 empleados –aproximadamente la mitad de los totales- la idea de
inteligencia que se necesita en sus clientes es una que, obviamente, no
necesita de ellos análisis alguno, sino tan solo su dinero, dado que ya es
suficientemente inteligente la cuenta corriente que “ahorra sin que hagas nada.” El mundo sería un lugar más habitable
si uno solo anunciara y pidiera lo que no tiene, y los bancos son los primeros en dar
ejemplo.
domingo, 3 de marzo de 2013
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