Como también prueban las declaraciones de los consejeros de las
entidades financieras cuyas cuentas aprobaron durante años sin saber, ni
necesitarlo, qué aprobaban, la realidad bancaria se basa, como la política, en
no necesitar más testigos que los que la defienden en consejos de administración.
Por eso tan normal es que quienes aprueban un anuncio vean en él periódicos –noticias-
cuyo formato tan obviamente no existe, y por lo tanto huele a farsa donde se
pretende imitación verosímil, como que el anuncio cuente en la pág. 9 aquello
que la pág. 25 –donde se informa de sus 19.056 millones perdidos en 2012, los
mayores de la economía española en su historia– vuelve más visiblemente farsa. Obvio
que el anuncio pugna por responsabilizarse solo de lo que venga a partir de ahora,
su última frase aspira a un futuro brillante… contestado en el periódico del día
anterior: en él, el claro “balance que la
sociedad hace de nosotros” –la pérdida del 99,7% de lo invertido en el
banco que se les vendió hace apenas año y medio, como se ve hoy basado en “balances saneados y un plan estratégico
aprobado en Europa” perfectamente falsos. Y cuyo logro, reducido el valor de sus acciones a un céntimo, habrá
creado 1.5 billones de acciones. Su publicidad vale aún menos.
domingo, 3 de marzo de 2013
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