domingo, 4 de agosto de 2013

inflado de la presión social



Aunque convertir un calendario de chicas desnudas en tu estrategia de marketing parezca tan maduro como sea saber contar solo hasta 31, la naturalidad debiera ocupar el hueco del desprecio al ver a una marca ofertar tan nítidamente lo que tantos piden desde esos otros formatos de la pornografía estadística –la programación televisiva, la de la mayoría de emisoras de radio musical o la prensa deportiva. Y quién podría decir si tus clientes empezaron a parecerse a ti antes de que tú decidieras parecerte a ellos. En ese coche que necesita cambiar sus neumáticos viajamos casi todos –parece decir el anuncio. Y no miente un ápice. Otra cosa es el precio real de todo eso. Pero a quién le importa lo que sucede mientras está viendo la tv.

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