En
los mismos días que la compañía que firma el anuncio patrocinaba las pruebas contra
el dopaje en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, su director ejecutivo en China,
mark reilly, dirigía el soborno sistemático de la sanidad china, al pagar a funcionarios,
médicos, enfermeras y clínicas para que utilizasen sus productos. Sancionada con
379 millones de euros hace apenas unos días, y reconocidas dichas prácticas por
la compañía farmacéutica, la cifra es la misma que la pagada en sobornar. Sobrestimulada
la demanda, los precios de los medicamentos de la compañía llegaron a ser siete
veces más altos que en otros países –se lee en El País 20.9. “Seguimos comprometidos con la gente de
China. Seguiremos expandiendo el acceso a medicinas y vacunas innovadoras para
mejorar su salud y bienestar. También seguiremos invirtiendo directamente en el
país para apoyar la agenda del gobierno de reforma del sistema sanitario y los
planes a largo plazo de crecimiento económico” –se lee a Andrew Witty, consejero
delegado de la compañía. Un estimación de la Asociación de Compañías Farmacéuticas
de China estima que los sobornos suponen el 20% del coste de un medicamento típico
en el país. Dada la implicación de la clase dirigente china en casos de corrupción,
Witty podría, simultáneamente, estar y no estar mintiendo un ápice al garantizar
que “ seguiremos invirtiendo directamente
en el país para apoyar la agenda del gobierno de reforma del sistema sanitario y
los planes a largo plazo de crecimiento económico”.
sábado, 4 de octubre de 2014
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