miércoles, 3 de febrero de 2016

el país de scpf


Si a algo se parece una línea de periodismo impreso es a ese otro renglón fino que separa el nutrir una conversación de sembrar temas con abonos de mala calidad. Camuflada como línea editorial, la trinchera ideológica desde la que se fabrican diariamente no pocos de los periódicos más leídos mezcla ranciedad y una opinión cuya templanza es apenas cualidad de hincha futbolístico. Las hojas parroquiales no aspiran a fomentar la conversación sino el eco exacto del eslogan. Y por ahí se escapa la posibilidad de que el periodismo forme en nuestro país individuos dotados de espíritu crítico. Uno, que no siempre observa la ecuanimidad necesaria en el periódico que lee, lo sigue comprando porque, incluso en esos momentos, sigue siendo el que más cuidado pone en no llamarme idiota. Solo que si a las malas, la influencia del mal periodismo es inmensa, a las buenas, no logra ir muy lejos en sus beneficios para la sociedad: la conversación que nutre el periodismo adecuado en Estados Unidos –The New York Times, The New Yorker, The Washington Post- apenas es audible entre el griterío zafio, explícitamente pueril y analfabeto, que rezuma buena parte de la audiencia del partido republicano, que de hecho es medio país. Uno no imagina a abc o la razón eligiendo a SCPF para anunciar propósito similar a este de El País, y eso habla de ambos lados: de quienes eligen a la única agencia que viene defendiendo desde hace décadas la lectura honda y extensa como herramienta de comunicación en muchos de sus clientes. Y de quienes para la expresión “para escucharte mejor” solo significa tratar a caperucita como merece, y emplear en ello cuantos cuentos sean necesarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario