Exhibidos frecuentemente como preludio de las películas que se proyectan a
continuación, los cortos de Pixar se han convertido en una suerte de anuncio de
lo que vendrá después, algún día, una vez que sus productos más previsibles
–secuelas de Nemo o Cars- hagan caja y liberen espacio creativo para cosas como
Up, Wall-E o Del revés. Como esta Borrowed time, que deja en dibujo animado la
negrura, la inconsolabilidad y la pérdida que contienen aquellas. El siguiente
Pixar en estrenarse será probablemente una nueva entrega de Los increíbles o de
Toy Story. Por eso maravilla que el anuncio recién hecho público prometa una
desolación tan adulta, tan terrible y oscura, que con suerte alguien pueda
esperarla de ellos algún día.
sábado, 5 de noviembre de 2016
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