lunes, 13 de diciembre de 2021

Oda a la salvación de mis textos


Hay quizá una razón por la que los anuncios sensatos tratan de no parecer cartas de los fundadores de la compañía, y es que las cartas de éstos se esfuercen por no parecer anuncios. No es que no puedan contar lo mismo, por supuesto. Es solo que los primeros pueden simular una ficción sin que importe, y las segundas no deberían hacerlo si, al contrario de lo que puede esperar cualquier anuncio, quieren ser tomadas en serio.

Este anuncio es una mezcla de las dos cosas. Y quizá por eso es tan atractivo como fraudulento a poco que uno lea. Porque pese a que la premisa sí es atractiva y verosímil -hablar de quienes saben que “todos los días del año se pueden encontrar ofertones mejores que en un viernes cualquiera”- su redacción es torpe y confusa, dado que el enemigo al que apuntan -Black Friday- no es un viernes cualquiera sino uno al año, exacto y sabido.

Y con todo, hay una frase que miente con mayor torpeza: “puede que sean justo los que se esfuerzan por ralentizar el mundo los que consigan salvarlo y por eso hacemos lo mismo”. Pues no hay nada de ánimo redentor en quien se niega a comprar el día que se supone hay que hacerlo. E incluso de saber eso mismo que sugiere el texto -que “todos los días del año se pueden encontrar ofertones mejores”- eso no tiene nada que ver con racionalizar el consumo sinsentido. Ni ahorrar unos euros en una tostadora tiene que ver con ralentizar el mundo, ni comprar esa tostadora un mes después, con salvarlo.

La oda a los perezosos termina de volverse contra quienes lo firman al comprobar que un anuncio contra la fiebre de ofertas que supone el Black Friday viene de una compañía que, dedicándose a eso mismo, se llama de forma sospechosamente parecida. 

Pero el anuncio no habla en realidad de nada de esto, y su mayor fracaso es lo que, queriendo y necesitando decir, no se atreve a imprimir: cargar contra un día de ofertas no tiene que ver con ignorar publicidad en Instagram ni con saber que el resto de días hay ofertas mejores. Sino en que lo que el anuncio quiere decir, y es tan mediocre que no sabe: que la alternativa a comprar barato es en realidad no comprar nuevo. Que lo que el Black Friday oferta es aún más barato si se compra usado. Por eso el sintagma que lo explica –“tecnología reacondicionada”- está escondido en la penúltima frase, cuando no hay más remedio que acabar diciéndolo sin que se note mucho. La oda a los perezosos es en realidad a los necios que, en contra de lo que su propio negocio sugiere, pagan un dineral por un anuncio que ni sirve ni es reacondicionable.

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