jueves, 10 de julio de 2014

prosa para el resto




Ningún espectador más pasmado ante la publicidad que quien, desde el consejo de dirección de una empresa, ha de asistir a la propia. Aunque esa sensación está al alcance de cualquiera que empiece a leer el periódico por el final. Así, uno puede empezar por la última página del suplemento dominical, y su recurrente campaña actual de Apple llamando a sumarnos a la creatividad humana que alienta la tecnología, simbolizada en ese titular –“¿cuál será tu verso?”-, y llegar a las páginas interiores del periódico, donde poder leer que esa misma firma viene de acordar pactar al margen de los tribunales para evitar el juicio por pactar precios de los libros electrónicos. Reclamados 620 millones de euros por los demandantes –asociaciones de consumidores estadounidenses-, la denuncia acusa a la marca de cobrar 280 millones de más a los usuarios de su librería electrónica, cifra finalmente triplicada tras denunciar el juez la elevación artificial del precio de los libros electrónicos, tras conspirar con los grandes grupos editoriales, violando las normas de la competencia. “Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la especie humana” –dice el anuncio, mientras tanto- “La poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son las cosas que nos mantienen vivos. Citando a Whitmann –“oh, mi yo; oh, vida de sus preguntas que vuelven; del desfile interminable de los desleales; de las ciudades llena de necios; qué bueno hay en estas cosas, oh, mi yo, mi vida”. Y no miente, por supuesto. Nada tan obvio como lo que mantiene vivas a las empresas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario