En un deporte que, hace
cincuenta años, obligó a retirar una campaña en la que Di Stéfano anunciaba
medias de mujer por no estar el símbolo a la altura de la masculinidad
requerida, la fecha en que una campaña anuncia la nueva camiseta –fucsia- del
equipo viene a coincidir, casi exactamente, con la muerte de aquel. Sin su
repercusión, el color elegido viene, además, a redimir el de la camiseta
–fucsia- del equipo de baloncesto en que uno jugó durante una década, con una
discreción –dicho sea de paso- escasamente a la altura de la visión de conjunto
que ofrecíamos. Para ser justos en el símil, el Real Madrid no debería ganar un
solo título hasta que se la quiten, dentro de otros diez años.
domingo, 20 de julio de 2014
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