sábado, 31 de enero de 2015

aún quedan




La política, que vive, como las redes sociales, de la amplificación sin sentido acaba coincidiendo con éstas cuando trata de explicarse con visos de proximidad: su destino es convertirse en fuente de parodias, o en el mejor de los casos, ser difundido vía escarnio. Pero es otro rasgo de las redes sociales lo que explica la campaña del pp previo al año electoral que se avecina: cómo lo que es creado por y para un espectador localizado –su masa votante- acaba por volverse en su contra al encuentro con aquellos para quienes no fue concebido. La paradoja, lo que vuelve patético el esfuerzo, es pretender que sus esfuerzos tienen como objetivo precisamente cuidar de aquellos contra los que se gobierna toda la legislatura. Lo escribe David Trueba en El País 30.1 –“mejor que te mientan los propios a que te digan la verdad los otros”- y quizá de tan obvio resulta pudoroso afrontarlo en la publicidad propia. Pero bastaría con poner a esperanza aguirre a definir la esencia de su partido para crear un spot con forma de mitin –el único que soporta, hoy por hoy, ese partido- que no se volviera contra ellos. Y eso acaba contando la menos electoral de las razones: la lucha entre el partido que debieran ser y el que son, entre el que les da triunfos electorales y les incapacita para esgrimir el más mínimo discurso creíble, y el que solo existe en su publicidad. Nada tan exótico en el arte de la venta del matiz como ver a gonzález pons –artillero mayor del maximalismo zafio contra el último gobierno socialista- entre quienes tratan de vender una realidad en b, que está ahí aunque nadie la vea. Con la sra. aguirre de prescriptora se hubieran ahorrado hasta palabras. Con haber firmado “aún queda mucho” su masa votante les hubiera entendido perfectamente. Y el resto del país hubiera seguido haciendo lo que viene haciendo: ignorarles hasta que llegue el día de expresarlo más claramente en las urnas. 

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