Que el más zafio carnaval
pueda ser mezclado con la mitología sin que lo primero sufra ha de ser porque
la inmunidad lograda por los alardes de lo primero es, ya, idéntica en sus
poderes a la que alberga la segunda. Cuando la comparación sangra del todo es
al intuir la figura del héroe, traído también de ambos lados a la vez. Que el
visual exija además el precio de pedírselo a Ouka Lele confirma que la
asociación de ideas viene, no de un error juzgado benévolamente por el
patrocinador en tiempo de verano, sino de una estrategia evaluada que
conscientemente cree más conveniente reciclar a Virgilio que los cuentos del
Decameron. ¿O eran la misma cosa?
viernes, 15 de agosto de 2014
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