jueves, 14 de diciembre de 2017

que el espejo te acompañe



El trasvase de contenidos entre cine y publicidad es a veces un juego de espejos: convertida la saga cinematográfica que ampara el anuncio en una cuyas tramas tienden al videojuego sin pudor a base de repetir argumentos, dar enésimas oportunidades a los mismos personajes y reiniciarlo todo a partir de la misma idea, su conversión oficial en videojuego halla en esta forma magnífica la esencia misma del original: por un lado, vibrante y tenso, el símil con el duelo que es la escena clave de Star Wars y la única cuerda que sostiene algo valioso en las larguísimas horas rodadas de la saga: el combate entre el bien y el mal creado a partir de aquel. Por otro, las escenas de lucha espacial, cien veces repetidas, idénticas entre sí, y donde el videojuego aporta, eso sí, la diferencia que el cine tristemente no puede: que la única razón para asistir a una más sea participar de ella, luchar, triunfar o caer, con algo –tu propia vida virtual- en juego que compense el saberse el escenario y las razones de memoria. Con todo eso en contra, la primera parte del anuncio es estupenda, honra los guiños de la saga que cualquiera se sabe al dedillo, y lo hace con la más inesperada de las formas: sugiriendo un hallazgo formal que las 17 horas estrenadas hasta la fecha quizá agradecerían, algo que, parafraseando el mito dentro del mito, parece convertirse en más poderoso cuanto más abajo cae.

No hay comentarios:

Publicar un comentario