viernes, 29 de octubre de 2021

Conductores de piel fina


Cinco años antes de que la extinción pasara a simbolizar algo de lo que preocuparnos (al menos por unos días), Audi lanzó esta campaña -magnífica, como de costumbre- en la que un tiranosaurio lamenta los días en que su presencia importaba algo en el mundo. Aunque en realidad lo que está contando muy sutilmente, dado que no se dice, es que sus brazos cortísimos en relación al cuerpo no son la mejor herramienta para desenvolverse en un mundo que exige sacar dinero de un cajero, hacer pesas, o conducir un coche. Esto último especialmente valiente dado que el anuncio cuenta la posibilidad de conducir sin tener que aferrar el volante, guiada por tecnología de reconocimiento de líneas y satélite. Hay un plano en el que, con el dinosaurio dentro del vehículo, el volante se mueve solo, pero es a contraluz, más elegante que explícito. Narrado con un humor magnífico, irónico y sutil, es una muestra de cómo una noción integrada en la cultura popular -los dinosaurios como exotismo del entretenimiento masivo- puede servir también a un engranaje tecnológico avanzado y carísimo. Tanto que sea contado como una más de las opciones sutiles que incluyen hoy sus coches. 

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